El pasado domingo 21 de agosto, un grupo de jóvenes estuvo en Olmué portando pancartas con sus rostros pintados por las principales calles de la comuna; muchos pensaron que se trataba de jóvenes estudiantes mostrando otra de sus creativas formas de protestar adhiriendo al movimiento estudiantil que ocupa titulares en la prensa nacional, pero se trataba de un grupo de entusiastas voluntarios de “Sonrisas sin Fronteras”, organización creada hace cinco años en Quillota, como una entidad de ex alumnos Maristas, la que se ha ido extendiendo a toda la región.
Según nos explicó el voluntario Esteban Silva, de la dirección de formación, y Daniela Casanova, de la dirección de espiritualidad, esta es una organización sin fines de lucro, cuyo fin es crear cambios sociales mediante el trabajo con niños en riesgo social, a través de Colonias de verano e invierno, donde se trabaja a través de actividades lúdicas y formativas organizadas por los voluntarios.
Los jóvenes estaban participando en el Primer Encuentro de Voluntarios de Sonrisa sin Fronteras, que se desarrolló en el Colegio Amancay, y salieron a las calles a regalar abrazos y besos a los sorprendidos transeúntes, y sus carteles invitaban simplemente a compartir una sonrisa por un mundo mejor.