Hace algunos días conversando con el concejal
Leonel Gómez, me preguntó si conocía a Carlos Valdebenito, su vecino. A lo que
le respondí que no, entonces me comentó que fabricaba órganos, y que debería
conocerlo y hacerle una nota, por lo que nos juntamos y fuimos a visitarlo. Y
la verdad, es que me sorprendí mucho al conocerlo, y visitar su taller, ubicado
exactamente al lado de donde vive el concejal, en la Población Carlos Condell,
en Lo Narváez.
Y mi sorpresa
fue aún mayor, porque Carlos Valdebenito Olivares, es un olmueíno de “tomo
y lomo” como se dice, que se ha formado como músico desde muy temprana edad,
ingresando al Conservatorio de Música de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, a los 17 años de edad, estudiando interpretación organística y organería
con el maestro Mauricio Pergelier. “-con él me inicié en el arte de afinar pianos
y órganos, y también fueron mis inicios en la restauración de órganos de iglesias,
allí nació sin dudas mi oficio, el que he ido perfeccionando hasta convertirme
en luthier…” nos cuenta. El año 2003 viajó a Francia donde perfeccionó sus
estudios como “luthier” con el connotado maestro parisino Jean Francois Dupont,
en la escuela de Luthería de Caen, donde se especializó en la fabricación y
restauración de órganos de tubo, oficio en el que lleva más de 17 años,
instalando su taller en su misma casa, donde pudimos apreciar una de sus obras
en faceta de terminación, se trata de un órgano modelo “Opus 5” de 108 tubos
(en la foto) el cual aún no estaba terminado por lo que no pudimos apreciar su
sonido, pero nos explicó “-este órgano está fabricado con pino oregón
canadiense, el teclado está hacho de pino oregón y cada tecla está enchapada
con corazón de espino, las teclas negras con madera de ébano, traída desde África,
y las teclas blancas están enchapadas con marfil; este es un encargo del grupo
barroco de la Universidad de Chile…” le consultamos el valor y nos respondió
que ese instrumento bordeaba los tres millones de pesos. Y de allí, nos comenta
su inquietud “-a mí me gustaría mucho hacer escuela de este oficio, pero no se
me han dado las instancias para hacerlo, ya que se requeriría obviamente el
financiamiento y el lugar. En Europa existen varias connotadas escuelas de
Luthería, donde se mantiene la tradición, pero acá en Chile, si bien existen
varios maestros luthier, no se ha instaurado el oficio, y creo que sería un muy
buen aporte y una buena alternativa para los jóvenes, y lo digo especialmente pensando
en los jóvenes de Olmué…”
Así, conocimos a Carlos, un olmueíno sin dudas
ejemplar, muy sencillo y coloquial, quien ha obtenido varios reconocimientos
internacionales por su oficio, como organero (así se nombra a los fabricantes
de órganos) entre ellos Le Centre International des Chemins du Baroque; Jean
Francois Dupont Facteur d´Orgues; Taller de Organería Acitores S L; Waldkircher
Orgelbau Jäger und Brommer. El año 2004 trabajó en la restauración del órgano Caveillé-Coll,
de la Iglesia de los Sagrados Corazones de Valparaíso; el 2006 integra el grupo
de organeros que restauraron los dos órganos barrocos de la Catedral de Cuzco,
Perú. Entre sus últimos trabajos figura la restauración del órgano Foster &
Andrews, de la Iglesia Luterana Alemana del Cerro Concepción de Valparaíso,
considerado el mejor órgano del país, para la interpretación de piezas
barrocas, que data de 1884. Además diseñó junto al musicólogo Agustín Ruiz la
aplicación Sistema Territorial de Registro para la Salvaguarda del Patrimonio
Organístico de Chile (www.organosdechile.cl).